Trabajar desde casa es un estilo de vida codiciado por mucha gente, pero requiere una buena dosis de autodisciplina si quieres que sea rentable y sostenible en el tiempo.
Incluso si estás todo el día pegado al ordenador, es fácil que te engañes a ti mismo haciendo cosas que parecen trabajo pero que no lo son. Si eres un emprendedor o trabajas por tu cuenta, atender a las redes sociales y leer ciertos blogs puede ser necesario para estar al día y mantener tu marca personal, pero no a costa de no avanzar en tus proyectos.
Después de 6 meses trabajando en casa la mayor parte de los días, creo que he conseguido crear un entorno—físico y mental—que me permite ser muy productivo. Estos consejos pueden ayudarte a ser más productivo si estás en una situación parecida.
1. Prepara un espacio de trabajo confortable
El lugar de tu casa en el que trabajas debe ser solo para trabajar, y no debes utilizar el resto, como la cama o el sofá delante de la televisión, para trabajar. Mantén los espacios separados para que los límites entre el trabajo y la vida en casa estén claramente definidos.
Utiliza una mesa de trabajo limpia y ordenada, donde dé gusto trabajar. No escatimes recursos en tu comodidad. Vas a pasar muchas horas ahí, de modo que compra un sillón cómodo, con el que puedas adoptar y mantener una buena postura durante mucho tiempo.
Mantén la estancia bien aclimatada. No lo dudes, un calor o frío excesivo arruinarán tu jornada de trabajo. La iluminación también es importante. Busca una zona con buena iluminación natural, evita los reflejos en la pantalla del ordenador y utiliza un buena lámpara de luz blanca y fría (no genera calor) si trabajas por la noche.
2. Establece una (o varias) rutinas
Necesitas mantener una cierta regularidad en tu día a día, de modo que tu cuerpo y tu cerebro sepan cuando toca trabajar y cuando descansar. Establece un horario que se adapte bien a tus características e incluye en él tiempo de trabajo, tiempo de descanso, tiempo de ocio y tiempo para hacer ejercicio.
Experimenta con diferentes opciones hasta que dés con una rutina que te motive y un horario que te funcione. Yo tengo dos rutinas con un horario muy parecido, una para los días que voy al gimnasio (4 días a la semana) y otra para el resto, con más tiempo para ocio y cosas de casa
3.Planifica cada día
La parte más dificil es decidir qué hacer. No puedes ir a ciegas, tienes que saber qué vas a hacer cada día. Lo ideal es que la noche anterior dediques 5 minutos a escribir de forma muy específica las acciones qué vas a realizar al día siguiente. Si te acuestas ya sabiendo qué harás al día siguiente dormirás mejor y saltarás de la cama por la mañana con las ideas claras
Claro que para poder planificar cada día, previamente has debido hacer una revisión semanal de tus proyectos y tareas en curso. Y para que esta revisión semanal tenga sentido, cada varios meses habrás debido hacer una planificación panorámica, a mayor altura, de tus objetivos y responsabilidades.
4. Trabaja primero en tus TMIs
Cuando estés definiendo tu plan diario de acción, destaca cuáles son las Tareas Más Importantes (TMIs), es decir, las que debes hacer cuanto antes porque te acercan a completar proyectos y alcanzar objetivos.
Marca una, dos o, como máximo, tres TMIs y hazlas al principio del día. Si haces primero las tareas más importantes, alcanzarás muy pronto un sentimiento de realización y satisfacción, y el resto del día vendrá rodado.
5. Trabaja en bloques de tiempo con descansos entre ellos
Hay varias técnicas para trabajar en bloques de tiempo (alternado trabajo con pequeños descansos), pero la más conocida—y la que yo utilizo—el la Técnica Pomodoro.
Trabajando de esta manera mantienes mejor la concentración, eliminas las interrupciones, evitas el agotamiento y, como consecuencia, aumentas tu productividad y creatividad. No es para todo el mundo, pero te aconsejo que lo pruebes durante unos días y hagas el esfuerzo de habituarte. Valdrá la pena.
6. Evita las distracciones
Super-mega-importante. La Técnica Pomodoro te puede ayudar a gestionar las interrupciones pero, además, tu estrategia para evitar las distracciones debe contemplar otros riesgos.
En tu rutina diaria debes definir un par de momentos al día para tratar con el correo electrónico, las llamadas telefónicas, el acceso a las redes sociales, la lectura de blogs, el envío de whatsapp, etc. Si mantienes todos estos frentes abiertos todo el día, es decir, todos los programas abiertos y las notificaciones activadas, estás muerto. Tu productividad tenderá a cero y tu ansiado estilo de vida no se podrá sostener de ninguna manera.
Aquí tienes algunos consejos adicionales para mantener mejor la concentración.
7. Recuerda por qué haces lo que haces
Con el tiempo, es probable que pierdas un poco de perspectiva y, con ella, la motivación para continuar trabajando duro. Necesitas un sistema que te ayude a mantener tu motivación.
Introduce en tu lugar de trabajo posters, rótulos y recordatorios que te ayuden a recordar tus valores y objetivos. Utiliza un sistema visual que te recuerde cada día por qué haces lo que haces, dónde estás y dónde quieres llegar. Yo utilizo una parte de mi pizarra blanca para esto. 8. Localiza buenos sitios de trabajo alternativos
Por si no lo sabías, trabajar todos los días en casa cansa. Por muy confortable que sea tu lugar de trabajo, estar todo el día en el mismo sitio puede llegar a hacerse muy pesado, sobre todo si, además, no tienes interacción con otros seres humanos.
Busca cafeterías cómodas, con poco ruido, wi-fi, buen café y gente simpática. Habla con alguien sobre cualquier cosa y haz ahí las tareas que requieran un menor nivel de concentración. Esto dará un soplo de aire fresco a tu rutina diaria.
9. Utiliza un sistema para organizarte
Organizarse no es tan trivial como parece. No se trata solo de redactar una lista priorizada de tareas e ir tachando cada cosa que haces.
Utilizar una metodología de organización personal como GTD te permitirá mantener el flujo de trabajo necesario para avanzar tus proyectos y objetivos actuales, a la vez que mantienes clara una perspectiva que, en última instancia, tiene que ver con tu propósito de vida.
10. Y, por supuesto, no te olvides de vivir la vida
Todo esto no tendría ninguna gracia si de vez en cuando y sin venir a cuento no puedes romper todas las reglas, horarios y planificaciones, e irte a tomar un café con tu amiga, a ver el mundial de fútbol con unos amigos, a hacer cualquier cosa que te apetezca con tu familia, o simplemente a relajarte un rato en la playa. Por eso has elegido este estilo de vida y por eso te envidian esos colegas que trabajan de 9 a 6.
Eres el dueño de tu tiempo. Esa es tu mayor recompensa, ¡aprovéchala!