Una de las mentiras que hemos creído acerca de la procrastinación, es que es una cuestión de pereza, falta de energía física y/o compromiso con la organización, compañía o meta en la que una persona esté trabajando. La realidad es que una persona procrastinadora no reemplaza la tarea que debería estar haciendo por “hacer nada” sino por otras tareas que igual incluyen el uso de energía y disposición, de lo cual, expertos en psicología y comportamiento humano concluyen que la procrastinación no esta asociada a la pereza o la falta de energía.
Entonces, ¿Qué es la procrastinación y cómo podemos enfrentarla para mejorar nuestro desempeño y el de nuestro equipo de trabajo?
Según el Dr. Tim Pychyl, profesor de psicología y miembro del equipo de investigadores de la procrastinación de la Universidad de Carleton en Ottawa, la procrastinación es un asunto de regulación de las emociones y no del manejo del tiempo. En otras palabras, cuando nuestro cerebro se enfrenta a las emociones que pueden traer cierta tarea determinada naturalmente decide obviarla, lo que termina en procrastinación. Estas emociones pueden venir desde lo poco placentero que puede ser una tarea como “limpiar el baño” hasta el sentimiento de inseguridad de que “no eres lo suficientemente eficiente” como para lograr cierta meta. Entonces, ¿cómo podemos enfrentarlo desde este punto de vista de las emociones y mejorar nuestro desempeño y el de nuestro equipo? Para hablar de una solución es importante mencionar de que como seres humanos siempre vamos a tener la tendencia instintiva de querer procrastinar tareas que nos enfrenten a emociones fuertes, entonces estas herramientas están enfocadas en controlar esa tendencia de manera que podamos convertirnos y convertir en nuestro equipo en “conseguidores”: personas que alcanzan su máximo potencial.
Ofrécete una “Bigger Better Offer”
Una de las razones por la cual las personas se vuelven procrastinadores recurrentes es por qué el cerebro se vuelve “adicto” a la sensación de tranquilidad que trae el evitar enfrentarse a emociones fuertes. Puesto en palabras humanas es como que tu propio cerebro te dice “¡Muy bien! Lograste evitar enfrentarte al temor que te da abrir ese negocio que tanto has soñado” y eso genera una falsa sensación de tranquilidad que puede volverse adictiva. Lo que debemos hacer es ofrecer al cerebro una B.B.O “Bigger Better Offer” o en español una mejor y más grande oferta.
¿Recuerdas la sensación que tenías al graduarte del colegio o de la universidad? ¿O la sensación que tenías cuando entraste en la relación con el chico o la chica que te gustaba.? ¿O la sensación cuando compraste tu primer carro o tu primera casa? ¿O cuando lograste entrar al trabajo que querías o ese ascenso por el cual tanto habías trabajado? Esa sensación del deber cumplido es una B.B.O para el cerebro que la falsa percepción de tranquilidad que puede traer procrastinar. Por eso, es recomendable que en tu rutina diaria incluyas pequeñas tareas que te sea fácil cumplir como tender la cama, leer un poco antes de salir a trabajar o incluso ejercitarte temprano. De esta manera vuelves a tu cerebro “adicto” a la sensación del deber cumplido y con el paso del tiempo verás la procrastinación disminuir. Cuando estés enfrente de una tarea, debes recordar este sentimiento y llevar a tu cerebro a querer tener esa sensación del deber cumplido una vez la finalices.
Elimina las opciones
Una de las estrategias que usan las grandes corporaciones para disminuir la procrastinación es bloquear el acceso a redes sociales cuando se use el wifi o la red de internet dentro de la empresa. Esto resulta en trabajadores adictos al café y con una vejiga aparentemente “muy activa”, pues ya no usan su celular para procrastinar sino que visitan la cafetera y el baño varias veces durante la jornada laboral. Eliminar las opciones no está asociado a eliminar los focos de distracción pues sin cambios internos en la conducta del ser humano es muy difícil tener cambios externos exitosos y duraderos. Lo que tenemos que hacer es eliminar la opción de ser mediocres, de estar en el “standard” y vivir una vida promedio.
Necesitamos conectar diariamente con esa capacidad de soñar en grande que todos tenemos y eliminar la opción de que eso que tanto anhelamos no se cumpla. De esta manera nos volvemos perseguidores de sueños y no procrastinadores profesionales que luego de varios años se han dado cuenta que “avance” no es una palabra que pueda caracterizar su estilo de vida.
Autor:
Andres Friede
Director Ejecutivo en Nuways Consulting
Consultor en Estrategia y Operaciones.